Aguanta
Aguanto. Agarrándome fuerte a lo primero que alcanzo. Me mantengo en pie, inestable pero erguida, intentando no caer, reprimiendo el impulso de no luchar y estrellarme contra el suelo.
Siempre hubo un momento en el que pensé que tenía que parar. En cada descuido de mi corazón, mi cabeza acababa enredada en un mar de fantasías hasta que finalmente terminaba ahogándome. Encerrada en un salón oscuro donde se acumulaban mis dudas todo daba vueltas. Aparecía el vértigo
El suelo parecía no ser firme, con demasiados huecos para andar, demasiado movimiento para seguir. Temblaba, inundada en sensaciones, confundida por circunstancias, perdida en instantes. La realidad la formaba un todo mezclado, confuso. Pero yo sobrevivía envuelta en la incertidumbre del futuro, atrapada en un sueño hermoso y fugaz, que inesperadamente se volvía pesadilla.
Al final todo se acababa transformando, pero era yo. Mi vertigo es mi miedo a no luchar, a no saber por donde seguir, mi temor a caer. Siempre hubo un momento en el que pensé que tenía que parar... pero no de andar, sino de huir.
*Nota: Me voy de puente, por eso adelanto esta entrada ;-) aunque intentaré conectarme si puedo
3 comentarios:
gracias!...lo mismo digo, aunque el tuyo es mas extenso. :)
Está bien buena tu página.
Un saludo de Chile y te estoy leyendo con más lentitud. Qué bueno que te gusta la poesía.
Gracias por la visita.
chaiselisse: lo de breve no era malo,eh? :-D a veces sobran las palabras y otras nos quedamos con ganas de más ;-) gracias por pasarte
ojo humano: muchas gracias por tu visita, tu blog tiene textos que me han gustado mucho, volveré de vez en cuando :-)
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